
. “El mindfulness permite que la mente “discierna” su propia naturaleza y
revele a la persona los conocimientos, las ideas preconcebidas y las reacciones
emocionales que están incrustadas en el pensamiento y en las respuestas reflexivas que
generan estrés interno. Al desidentificarse de los pensamientos y de las emociones y al
darse cuenta de que estas actividades mentales no equivalen al “yo” y de que no son
permanentes, la persona puede dejar que aparezcan y se desvanezcan, como si fueran
burbujas en una cazo de agua hirviendo” (Siegel, 2007
Hacernos conscientes es un proceso que requiere atender al momento presente con aceptación y ecuanimidad. Muchas veces, nuestra mente juzga, espera, se identifica, compara, etiqueta y da por hecho aquello que piensa. Sin embargo, la práctica meditativa nos invita a una experiencia distinta: abrir el corazón a la bondad, aceptar sin juzgar, vivir cada momento sin expectativas y recuperar esa capacidad inherente de estar en el aquí y ahora.
Ese estado de calma que muchas veces anhelamos y que en ocasiones intentamos encontrar en viajes, cosas o algún tipo de diversión o entretenimiento, es posible en el aquí y ahora. Requiere hacernos conscientes, prestar atención y asumir que no necesitamos nada externo. A medida que cultivamos ese estado, la mente y el alma logran una serenidad que va permaneciendo y adhiriéndose a la experiencia de vivir cada día. Comenzamos a pensar con claridad y a vivir con mayor conexión y equilibrio.
Esta experiencia de atención plena tiene raíces profundas en la tradición budista, especialmente en las enseñanzas de Siddharta Gautama, el Buda Shakyamuni, quien, hace más de 2.500 años, inició un camino de autoconocimiento y alivio del sufrimiento.
Etimológicamente, la palabra mindfulness proviene del inglés y traduce el término “Sati”, del idioma pali, lengua en la que se encuentran las colecciones más antiguas de los textos budistas. “Sati” significa atención o conciencia y está dentro de la categoría de entrenamiento de la mente. En el contexto de la doctrina budista, bajo el nombre de Sammá-Sati (Recta Atención), hace referencia a la conciencia correcta del momento presente.
La práctica de Sati, según las enseñanzas budistas, nos conduce al cese del sufrimiento. Desde esta perspectiva, podría decirse que el mindfulness es también un camino hacia la felicidad. Al vivir conscientemente, sin juzgar y con una actitud de apertura, podemos encontrar serenidad incluso en medio de la adversidad.
Si bien los orígenes de la meditación se encuentran en estas tradiciones, ha estado presente desde tiempos inmemoriales, ya que es una facultad innata, no algo que se adquiere. Solo requerimos que nuestro cerebro recuerde y conecte nuestro ser con esa capacidad. Para ello, la práctica, que ha ido evolucionando a lo largo de los siglos, ha permitido que hoy se presente como una herramienta accesible y amigable para todos, especialmente a través del mindfulness.
Mindfulness y su Impacto en la Vida Moderna

El mindfulness implica un proceso psicológico en el que se llega a ser consciente del momento presente.
En este ritmo acelerado que actualmente vivimos, las exigencias y urgencias alteran nuestros pensamientos y nos afectan profundamente. Aparecen pensamientos persecutorios, surge la ansiedad, ya que estos pensamientos generan emociones y preocupaciones. Sin embargo, cuando calmamos la mente, adquirimos conductas adaptativas y somos más eficientes. Logramos diferenciar lo relevante de lo que no lo es, estar bien aunque las cosas no estén bien, salir del "piloto automático" y mejorar nuestras decisiones.
El mindfulness es una herramienta accesible que nos ofrece conciencia sin absorbernos en los procesos de pensamiento.
Algunas Recomendaciones para quién Inicia la Práctica de Mindfulness
Para iniciar en la práctica de mindfulness, se requiere adquirir una actitud que tiene cualidades específicas. Estas cualidades, aunque requieren entrenamiento, se instalan de manera natural con la práctica constante, porque todos tenemos la capacidad de:
Estar en el momento presente: Los pensamientos se logran hacer visibles, se identifican y se entienden como una experiencia mental. Aprendemos a observarlos sin dejar que afecten nuestro estado emocional.
Aceptar sin juzgar: La práctica ayuda a liberar la mente de críticas hacia nosotros mismos y hacia los demás. Esto nos permite dejar de lado un "yo" arrogante que critica y genera presión de un deber ser siempre insatisfecho, liberando espacio para una conciencia sabia y serena.
Dirigir la atención: Al enfocar nuestra atención, podemos poner energía en lo que es relevante y genuino en nosotros. Esto implica aprender a observar, sentir y experimentar el cuerpo y la mente en mayor unidad y sincronía, incluyendo todo lo que está presente en la experiencia de ser y estar, sea dentro o fuera de nosotros.
Es importante entender que cada experiencia de mindfulness es única. No puede atraparse en palabras; es necesario vivenciarla. La práctica nos ayuda a liberarnos de aquello que nos condiciona, que no nos representa, para ser nosotros mismos y, con el tiempo, instalar un estado de bienestar en nuestra vida cotidiana.
Integrar el mindfulness en nuestra vida diaria es una invitación a reconectar con nuestra esencia, abrirnos a la bondad y aprender a vivir en el presente. Este camino no solo transforma nuestra forma de percibir el mundo, sino que también nos brinda herramientas para alcanzar una mayor paz interior y un bienestar más pleno.
Muchas gracias, lo leí en el momento preciso 🙏
Muy interesante