,Actualmente, gracias a los avances en neurociencia y neuropsicología, los tratamientos para apoyar a personas con dificultades en sus funciones cognitivas y habilidades emocionales y sociales son más efectivos cuando se realizan de manera complementaria e integrada y de manera adecuada. Dos profesionales fundamentales en este campo son el terapeuta ocupacional y el neuropsicólogo, quienes desempeñan un papel significativo al ofrecer apoyo a niños y personas con un estilo de funcionamiento atípico o neurodivergente, como aquellos con diagnóstico de TEA, TDH, TDHA, entre otros.
El neuropsicólogo es un profesional especializado en comprender, detectar y estimular las funciones cognitivas y emocionales, lo que implica ofrecer estrategias para estimular el cerebro y mejorar las habilidades de la persona. Realiza una evaluación y diagnóstico profundo del estado de las funciones cognitivas y emocionales para diseñar y planificar tratamientos basados en la evidencia para tratar trastornos neuropsicológicos específicos. La experticia del neuropsicólogo es importante para rehabilitar a pacientes que han sufrido daño cerebral traumático, accidente cerebrovascular, demencia, así como aquellos que tienen alguna condición como el autismo (TEA) o déficit de atención con hiperactividad y/o distractibilidad.
El terapeuta ocupacional, por su parte, se enfoca en mejorar las actividades cotidianas y la calidad de vida de sus pacientes. Su trabajo incluye la evaluación de la capacidad funcional del paciente y la creación de planes de tratamiento personalizados que pueden incluir actividades para mejorar la coordinación, el equilibrio y las destrezas motoras finas, entre otras habilidades necesarias para desenvolverse en el mundo.
Ambos profesionales pueden trabajar en equipo para ofrecer una atención integral y personalizada a los pacientes. El neuropsicólogo se enfoca en tratar problemas con una base cerebral y biológica específicos, mientras que el terapeuta ocupacional se enfoca en mejorar la capacidad del paciente para llevar a cabo actividades cotidianas. En conjunto, estos profesionales pueden ofrecer un tratamiento completo para mejorar la calidad de vida de las personas que requieren apoyo en sus funciones cognitivas y emocionales.
La neurociencia y la neuropsicología han avanzado significativamente en los últimos años, lo que ha permitido que los tratamientos para personas con problemas cognitivos y emocionales sean más efectivos. El trabajo conjunto de profesionales como el neuropsicólogo y el terapeuta ocupacional es fundamental para ofrecer un enfoque integral y personalizado para cada paciente.
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