Los seres humanos a lo largo de su vida se enfrentan a distintas crisis. Slaikeu (1996) describe la crisis como “un estado temporal de trastorno y desorganización, caracterizado principalmente por la incapacidad del individuo para abordar situaciones particulares utilizando métodos acostumbrados para la solución de problemas, y por el potencial para obtener un resultado radicalmente positivo o negativo”.
Se pueden distinguir dos tipos de crisis principalmente (Slaikeu, 1996): circunstanciales y de desarrollo. Las crisis circunstanciales se relacionan con algún factor ambiental, como la muerte de alguien querido, un desastre natural como una inundación o un incendio. Las crisis relacionadas con el desarrollo son parte del proceso de transición de una etapa de la vida a otra nueva, el cambio de década, de situación laboral cuando se jubila, los cambio que todo ser humano vive.
La forma de vivir las crisis es distinto para el ser humano, dependiendo del significado que cada persona, sea esta producto de una nueva etapa o por la perdida de algo significativo.Efectivamente la forma de comprender las crisis personales esta inducida por la imagen del mundo de los otros y de nosotros mismos.Las representaciones que nos hacemos de las cosas afectan las emociones y la vivencia subjetiva y estas estas vivencia es afectada por nuestra biografía personal, por los valores, las creencias , lo afectos y el apoyo con el que se cuente.
"Existen otros factores que interactúan como son las experiencias anteriores, los valores, las estrategias de afrontamiento, las creencias, las redes de apoyo, la capacidad de resiliencia, entre otros". (Datilio y Freeman, 2000).
Halpern (1973) hace una descripción de aquellos síntomas que aparecen más frecuentemente en las personas que atraviesan por una crisis:
· Sentimientos de cansancio y agotamiento
· Sentimientos de desamparo
· Sentimientos de inadecuación
· Sentimientos de confusión
· Síntomas físicos
· Sentimientos de ansiedad
· Desorganización del funcionamiento en sus relaciones laborales
· Desorganización del funcionamiento en sus relaciones familiares
· Desorganización del funcionamiento en sus relaciones sociales
· Desorganización en sus actividades sociales
Si las crisis no se afrontan correctamente y en un tiempo oportuno, se corre el riesgo que la persona que experimentó dicho evento pueda padecer graves problemas psicológicos (García, 2003).
Es, por tanto, muy importante la intervención temprana ante las crisis, para esto se han desarrollado técnicas que permiten ayudar a las personas –que no las afrontaron adecuadamente– en corto tiempo y en forma eficaz a salir adelante y que esta experiencia no le genere en el futuro un problema más grave, así han surgido por ejemplo la psicoterapia breve para crisis, la intervención en crisis y los primeros auxilios psicológicos, como la primera etapa de intervención dentro de una crisis.
Crisis provocada por un evento externo.
Cuando un evento pone en riesgo nuestra seguridad y estabilidad, se vive la persona se siente abrumada por la situación y experimenta una gran cantidad de emociones negativas como tristeza, miedo, ansiedad, ira, entre otras. Esta experiencia puede provocar cambios en la forma en que la persona se siente, piensa y se comporta, lo que puede afectar su capacidad para tomar decisiones, resolver problemas y realizar actividades cotidianas.
Es importante tener en cuenta que no todas las crisis emocionales son iguales, ya que cada persona tiene su propia forma de enfrentar situaciones de estrés tienen distintos recursos y habilidades para superarlas. Si lla persona cuenta con apoyo, contención puede recuperarse a su ritmo, Es importante detectar cuando se requiere una intervención profesional,, especialmente si los síntomas persisten o se pueden intensificar con el tiempo. Un psicólogo o terapeuta puede ayudar a la persona a identificar los factores que contribuyen a su crisis emocional, desarrollar estrategias de afrontamiento efectivas y recuperar el equilibrio emocional.
¿Cuando se requiere apoyo Profesional?
Es importante tener en cuenta que no todas las crisis emocionales son iguales, ya que cada persona tiene su propia forma de enfrentar las situaciones de estrés y puede tener diferentes recursos y habilidades para superarlas. Además, no todas las crisis emocionales requieren una intervención profesional, aunque es fundamental que se preste atención y se brinde apoyo a las personas que las están experimentando, para que puedan recuperarse y volver a sentirse estables emocionalmente.
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