Más allá de la medicación: abordaje integral del TDAH y el valor del mindfulness en la infancia
- Centro Rumbos
- 7 abr
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El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición neuropsicológica que afecta a un número significativo de niños, estimándose que entre un 5% y 7% de la población escolar mundial presenta este diagnóstico (Polanczyk et al., 2015). Se caracteriza por dificultades en la concentración, atención sostenida, impulsividad y, en muchos casos, hiperactividad.
Ante esta realidad, muchas familias reciben como primera indicación el tratamiento farmacológico. Si bien los medicamentos pueden ser útiles y necesarios en ciertos casos, es fundamental comprender que no son una solución única ni suficiente. De hecho, cada vez más estudios señalan que el uso exclusivo de fármacos no aborda las causas profundas del malestar ni promueve aprendizajes significativos y sostenidos en el tiempo.
Los tratamientos realmente efectivos para el TDAH son integrales. Esto implica contemplar no solo los síntomas, sino también el contexto emocional, familiar, escolar y social del niño. En este sentido, brindar espacios de aprendizaje emocional cobra especial relevancia: los niños necesitan desarrollar habilidades socioemocionales para enfrentar sus desafíos.
El tratamiento farmacológico, especialmente con estimulantes como el metilfenidato, puede mejorar los síntomas en el corto plazo. Sin embargo, su efectividad disminuye cuando no se acompaña de intervenciones psicosociales y educativas (MTA Cooperative Group, 1999). Un estudio de seguimiento del mismo grupo reveló que los beneficios de la medicación tienden a desvanecerse con el tiempo si no se complementan con apoyo terapéutico (Jensen et al., 2007).
Por su parte, Milton de Mello y colaboradores (2021), en una revisión sistemática, advierten que el uso prolongado de medicación sin estrategias psicoeducativas puede aumentar el riesgo de efectos secundarios, dependencia del tratamiento y un menor desarrollo de habilidades adaptativas.
Los niños con TDAH no solo necesitan calmar sus impulsos, sino también aprender a autorregularse, organizarse, tolerar la frustración y gestionar sus emociones. En este proceso, el acompañamiento psicológico y cognitivo cobra un valor esencial. A través de una intervención adecuada, es posible fortalecer su autoestima, autonomía y ampliar sus habilidades para la vida.
Esto no solo tiene un impacto positivo en su rendimiento académico —que no debe ser el único foco—, sino también en su bienestar emocional y en la calidad de sus relaciones interpersonales.
Es importante evitar que la medicación se convierta en la única respuesta. En muchos casos, puede ser una herramienta complementaria, pero nunca debe reemplazar el acompañamiento emocional ni las estrategias que promuevan una comprensión más profunda del funcionamiento interno del niño.
Acompañar a un niño con TDAH implica paciencia, empatía y compromiso. Con las herramientas adecuadas y el apoyo profesional correcto, es posible construir un camino de mayor bienestar y confianza en sus capacidades.
Mindfulness en la infancia: cultivar la calma, la atención y el bienestar desde pequeños

La práctica del mindfulness en niños ha demostrado ser una herramienta efectiva para el desarrollo de habilidades clave como el control de impulsos, la atención sostenida y la regulación emocional. A través de ejercicios simples y lúdicos —como respiraciones conscientes, cuentos, visualizaciones o juegos sensoriales—, los niños aprenden a reconocer sus emociones y a responder de forma más consciente ante los estímulos del entorno.
Estudios recientes evidencian que el mindfulness reduce la impulsividad, mejora el autocontrol, incrementa la atención y favorece una mayor empatía. Programas como MindUP (fundado por Goldie Hawn) o el Kindness Curriculum del Center for Healthy Minds (dirigido por Richard Davidson) muestran que los niños que practican mindfulness tienen mejoras significativas en su comportamiento, relaciones sociales y rendimiento escolar.
Uno de los avances más interesantes proviene de la neurociencia. Investigaciones con resonancia magnética funcional (fMRI) han mostrado que el mindfulness fortalece zonas del cerebro como la corteza prefrontal (relacionada con el pensamiento reflexivo), el hipocampo (clave en la memoria y el aprendizaje) y reduce la activación de la amígdala, asociada al miedo y la reactividad emocional.
Enseñar a los niños a detenerse, respirar y observarse es, en el fondo, entregarles una poderosa herramienta para la vida. Una práctica sencilla, pero profundamente transformadora.
Incorporar el mindfulness en la infancia no solo ayuda a los niños a sentirse más tranquilos y seguros, sino que también previene dificultades futuras como la ansiedad, el estrés o la baja autoestima. Es una inversión en salud emocional respaldada por evidencia científica, con un impacto positivo en el desarrollo integral de niños y niñas.
En Centro Rumbos contamos con dos programas especialmente diseñados para niños:
Programa de Atención Plena (Mindfulness): Para que los niños aprendan a calmar su mente, concentrarse mejor y cultivar mayor conexión con sus emociones.
Programa de Gestión Emocional: Enfocado en ayudarles a reconocer, expresar y regular sus emociones de forma saludable y segura.
Si deseas más información sobre alguno de estos programas, escríbenos y con gusto te enviaremos todos los detalles.¡Estaremos felices de acompañarte!
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Referencias
Polanczyk, G., de Lima, M. S., Horta, B. L., Biederman, J., & Rohde, L. A. (2015). The worldwide prevalence of ADHD: a systematic review and metaregression analysis. American Journal of Psychiatry.
MTA Cooperative Group. (1999). A 14-Month Randomized Clinical Trial of Treatment Strategies for Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder. Archives of General Psychiatry.
Jensen, P. S., et al. (2007). Findings from the NIMH Multimodal Treatment Study of ADHD (MTA): Implications and Applications for Primary Care Providers. Developmental and Behavioral Pediatrics.
Milton de Mello, C., et al. (2021). Long-term effects of pharmacological treatment in children with ADHD: a systematic review. Journal of Attention Disorders.
Davidson, R. J., & Lutz, A. (2008). Buddha's Brain: Neuroplasticity and Meditation. IEEE Signal Processing Magazine.
Zelazo, P. D., & Lyons, K. E. (2012). The Potential Benefits of Mindfulness Training in Early Childhood: A Developmental Social Cognitive Neuroscience Perspective. Child Development Perspectives.
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